lunes, 7 de noviembre de 2016

El asedio, el quiebre de la España Imperial



Arturo Pérez-Reverte es uno de mis autores favoritos. Ya sea como novelista o como ensayista, posee una facilidad de palabra que te atrapa y a la vez te invita a la reflexión y la propia mirada. Lo conocí en el Club Dumas, y lo llevé al máximo con la serie de El Capitán Alatriste. 


Ahora hablados de El asedio una extensa novela que retrata dos grandes historias: cómo Cádiz es uno de los puertos más importantes de la península, rodeado por los barcos de Napoleón durante la invasión francesa; y una serie de asesinatos de mujeres jóvenes que, poco a poco, van también cerrando las murallas invisibles de la ciudad. 

Enmarcado en el momento histórico de la Constitución de Cádiz, la novela presenta un sin de personajes, donde destaca el capitán de policía –casi corrupto, casi salvaje, pero vivaz y con la experiencia para desenmascarar al asesino-. También nos presenta a los comerciantes, donde una mujer tiene que romper los parámetros de su época para llevar el negocio familiar y vigilar la compra-venta de mercancías de las colonias y, con un poco de piratería (corrijo, de permiso de corsario) mejorar la apremiante economía.

La novela, que a ritmo lento desarrolla el frente español y el frente francés, van haciendo un rico diálogo entre los enemigos, que incluso pueden colaborar para romper el cerco o atrapar al asesino.
Con múltiples descripciones y ese lenguaje característico que lo caracteriza, las más de 700 páginas van haciendo el recorrido de la muralla, de las defensas y de los seres que no dejan mermar por un asedio, al contrario, ven la oportunidad de crecer, no queda claro si por la corono o por ellos mismos.

Una excelente novela para disfrutar, una visión histórica que entre estocada y plomazo, siguen vigentes en nuestros países. Claro, si les gusta la novela histórica, estamos ante un excelente ejercicio. Solo que hay que saber vivir el ritmo del texto, casi como esperar el oleaje perfecto en altamar.

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